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martes, 24 de febrero de 2015

Testamento digital

Hace pocos días se anunciaba que Facebook permite nombrar a uno o varios herederos digitales que gestionen la cuenta de una persona fallecida. Pero, ¿qué ocurre con los archivos almacenados en la 'nube' de ésta, sus perfiles en otras redes sociales y con sus cuentas de correo?
Las leyes todavía no son claras a este respecto y, además, es posible que los familiares de la persona tengan que pasar una buena temporada averiguando el modo más rápido para borrar todos los rastros de su vida digital una vez haya fallecido. Sin embargo, un sencillo documento llamado testamento digital puede acortar mucho el proceso. 
El testamento digital no es muy diferente del testamento normal que hacen todas las personas a una determinada edad ante un notario.
Google incluyó en 2013 el apartado Administrador de cuentas inactivas, al que deben remitirse los familiares para gestionar el fin de la actividad en Google+, Gmail, Google Drive y otros productos del buscador.
Apple, por su parte, considera que nuestro derecho sobre todos los contenidos comprados en la tienda iTunes terminan con nuestra muerte. A este respecto hay grandes controversias y procesos judiciales en marcha, por parte de personas que han invertido grandes sumas en la tienda Apple y quieren dejarlo en herencia. Está el caso de Bruce Willis que demandó a Apple porque quería dejar toda su biblioteca de música a sus hijos.
Facebook, Instagram y Twitter tienen sus propias páginas de notificaciones, en las que se informa del fallecimiento del usuario y se puede optar por dejar la página del perfil cómo homenaje al difunto. En el caso de Facebook permite designar a un heredero digital que gestione una cuenta en caso de muerte. Todos los servicios una vez comprobada la noticia proceden al borrado de los datos, a petición de los familiares o herederos designados.
En el caso de Flickr, al morir se deja de pagar la cuota anual y se pierde derecho sobre las fotos que se tengan en la red, pero mientras se ostenta la titularidad, se puede permitir a los descendientes que gestionen la baja y antes se descarguen a un ordenador las fotos.
En el caso de almacenamiento en la nube de archivo, si se disponen las claves de la persona fallecida se puede entrar en las redes y borrar todos sus archivos. Esto, a veces, supone un problema porque se corre el riesgo de ser acusado de suplantación de personalidad. En estos casos es preferible comunicar al proveedor de los servicios la noticia de la muerte y que sean ellos los encargados de borrar el perfil y todos los datos.
En el testamento digital hay que explicar qué se quiere que se haga con los servicios que la persona tiene contratados: si se deben cancelar o si se desea que se sigan pagando las cuotas. También, si se quiere que desaparezca o no toda la información relativa a la persona que haya en estos servicios o si se prefiere que sea remitida a sus familiares para que la conserven.
Es importante indicar qué personas serán las encargadas de hacer las gestiones, o al menos de aprobar su identidad para que otros las realicen, relativas a la vida personal en la Red. También se pueden dejar indicaciones como a qué contactos hay que avisar del cese de las actividades del usuario, o si se desea una página en Facebook dedicada, o una foto en Instagram, un tuit de despedida a modo de epitafio, etc.
Para hacer el testamento digital existen ciertos servicios web que serían el equivalente de un notario pero en digital:
Netarius es una página en la que se pueden dejar en un formulario o archivo las últimas voluntades y las claves de los servicios que se utilizan. Estos datos se envían a unos servidores seguros, donde esperan el momento del fallecimiento de la persona. Hay que dejar alguna indicación de que se tiene contratado el testamento con ellos, algo que comprobarán con el certificado de defunción. Una vez certificada la muerte, Netarius ejecutará todas las gestiones que se le habían pedido, que pueden ir desde la descarga de archivos y entrega de copias de los mismos a determinados usuarios, a la elaboración de páginas conmemorativas o el cierre de cuentas de servicios.
Tellmebye es un servicio con los mismos cometidos y orientaciones que, además, ofrece encargarse de almacenar los archivos que se deseen retirar de diferentes redes y sitios, para entregárselos a las personas que se hayan indicados.

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